lunes, 31 de marzo de 2014

El corazón del hombre ordinario: Rab de bana di jodi




¡Qué suerte dar con la película perfecta para un fin de semana lluvioso! Tras la suspensión del Holi que el Club Masala había organizado en Madrid para este sábado pasado, no había mejor manera de pasar la tarde que aprovechando la pila de pelis que tengo en espera. 


Lo bueno y lo malo de mi lista de pelis hindis es que, al no conocer el idioma, la mayoría de las veces no soy capaz de reconocer por el título aquellas que aún no he visto, así que la elección es una caja de sorpresas. Dadme las gracias de que no os cuente en el blog cada una que termino viendo, niños, porque tela marinera...


En cualquier caso, este sábado tocó Rab Ne Bana Di Jodi (Una pareja hecha por Dios), comedia romántica del 2008 dirigida por Aditya Chopra. Está protagonizada por Anushka Sharma, que debutó en el cine con este film y quien ya apareció en el blog por la estupenda Band Baaja Baaraat, y Shahrukh Khan, el tótem del cine indio y uno de los pocos actores de esta industria realmente conocido fuera de ella (que, por cierto, anoche estaba en Divinity protagonizando My Name Is Khan, peli de la que quizá os hable un día). Por el film que os propongo hoy estuvo además nominado al Filmfare (el equivalente indio de los oscars) como mejor actor y, aunque no ganó, eso es lo de menos, ya que acumula unos cuantos...


Rab Ne Bana Di Jodi cuenta la historia de Surinder Sahni (Khan), un introvertido y anodino oficinista de mediana edad que, por compromiso, se casa con la dicharachera Taani Gupta (Sharma). Al darse cuenta de que por sí mismo jamás será capaz de conquistar a la joven, decide inventarse a "Raj", una especie de antítesis de sí mismo, occidentalizado, ligón y divertido, que se convierte en la pareja de Taani en la escuela de baile donde esta se acaba de apuntar.


La película no tendría mayor interés si no fuera por el mensaje que aporta. En vez de un cuento de superación aquí encontramos algo distinto: una especie de oda a lo cotidiano y a lo ordinario, con la intención de destacar que todo el mundo, hasta el más común de los mortales o la pareja más aburrida, tiene una historia por detrás digna de ser contada. Para ello, además, dejan de lado la metrópolis para trasladarnos a Amritsar, una localidad del Punyab con un fuerte componente religioso. Como es de esperar, tenemos algunos de los elementos acostumbrados de las comedias indias, aparece el imprescindible secundario cómico y concursos de baile hemos visto doscientos, pero el hecho de que el héroe discreto se imponga resulta casi refrescante. Por una vez, la rana no necesita convertirse en príncipe y eso es muy de agradecer.


La peli funciona muy bien y sus casi tres horas de metraje no se hacen largas. Los decorados están bastante conseguidos y las localizaciones son deliciosas. Khan resulta divertido interpretando a ese Raj pasado de vueltas y entrañable en el papel de Surinder, y Sharma es de las pocas actrices de Bollywood que yo soy capaz de distinguir y de recordar, quizá porque ofrece algo más que una cara bonita. La banda sonora, a cargo de los hermanos Salim y Sulaiman Merchant, tiene varias canciones chulas, aunque yo me quedo sin duda con la dulce Haule Haule. Bailes hay muchos y de esos que nos gustan, y también encontramos mucho amor al cine. 


Es evidente que la peli no va a pasar a la historia y a Khan se le empiezan a notar los años, pero es un buen divertimento para un sábado por la tarde. Y me encanta que el cine indio aún conserve esa candidez y esa frescura que las comedias románticas occidentales parecen haber perdido. Recomendable.







viernes, 28 de marzo de 2014

Casual Friday: Claude Nougaro




Hoy, más que un post musical, se trata de una entrada nostálgica y de un doble aniversario. Una vez más, disculpadme que esto tome un cariz más personal del acostumbrado.



Empezaré por contaros una pequeña historia: hace diez años decidí aprovechar unos días que me debía mi empresa y hacerme un viajecito con mi recién estrenado Ford Juerga. Y como uno de mis amigos del alma estaba trabajando en el sur de Francia, ¡qué mejor que ir a verlo y conocer la zona! Así que tal día como hoy agarré mi cochecito y me fui a pasar unos días a Toulouse. Fue la primera vez que pisé la ciudad... Seis meses después lo dejaba todo para irme a vivir allí.


Claude Nougaro, de cuyo fallecimiento se acaba de cumplir también una década, es uno de los cantantes más apreciados en el país vecino. Este orgulloso hijo de la "ville rose" le dedicó una preciosa canción a Toulouse a finales de los años sesenta. Cada vez que la escucho no puedo dejar de emocionarme y de querer volver a pasear junto al Garona, cenar en sus pequeños restaurantes y disfrutar de su rastrillo de los domingos junto a Saint Sernin (sin embargo, los intentos de aprender a jugar a la petanca haciendo botellón de pastis los tengo superados). Además, allí fue donde redescubrí el canto coral...


Así que, si habéis llegado hasta aquí, la recomendación de hoy, al igual que el aniversario, es doble: por un lado, escuchad a Nougaro. Tiene algunas cosas muy de su época (como esas versiones en francés de bossa novas de Jobim que quizá no han envejecido demasiado bien), pero clásicos como Cécile ma fille, Le jazz et la java o Nougayork son muy reivindicables. La otra recomendación es que aprovechéis lo cerca que está Midi-Pyrénées para visitar la zona. Toulouse es la ciudad más conocida, pero no os podéis perder Albi, Foix, Carcasona o Saint-Bertrand de Comminges. Aunque cualquier pueblecito os va a encantar, y en realidad está tan cerca... Solo un último consejo, cuidado con los vinos, no todos son tan buenos como os van a hacer creer (sí, me refiero al Fronton). Y cuidado con la cassoulet, que la carga el diablo.







Un torrent de cailloux roule dans ton accent               Un torrente de guijarros rueda por tu acento
Ta violence bouillonne jusque dans tes violettes        Tu violencia borbotea hasta en tus violetas
On se traite de con à peine qu'on se traite                  Nos tratamos de idiota apenas nos tratamos
Il y a de l'orage dans l'air et pourtant                             Hay tormenta en el aire y, sin embargo,
L'église Saint Sernin illumine le soir                               La iglesia de San Sernín ilumina la noche
D'une fleur de corail que le soleil arrose                      Con una flor de coral que el sol riega
C'est peut être pour ça malgré ton rouge et noir        Quizá por eso, a pesar de tu rojo y tu negro,
C'est peut être pour ça qu'on te dit ville rose              Quizá por eso te llamamos la ciudad rosa

lunes, 24 de marzo de 2014

La espinosa cuestión de los spoilers



Y, pese a lo que pueda parecer, esta entrada está libre de ellos...


Entro esta mañana en Facebook y me encuentro un comunicado explicando los motivos de cierto giro en cierta serie por parte de ciertos creadores. Que, por cierto, estoy segura de que todos ya conocéis. Y me he tragado un spoiler como la copa de un pino. Y no me ha importado. De hecho, estoy deseando tener un rato libre esta tarde para ponerme con él. Y también estoy segura de que la mayoría de la twittersfera está igual que yo, deseando encender el ordenador y devorar el episodio. ¿Estamos enfermos? ¿Qué sucede aquí?


El tema de los spoilers da para ríos de tinta, porque cada uno tiene una opinión, una definición propia y una tolerancia más o menos grande a ellos. Así que quizá lo único válido sea dar la mía, sin pretender imponer mi criterio ni rechazar el de los demás. 


A mí me gustan los spoilers. Cuando emiten Mad Men soy de las que va al blog de Sepinwall a ver qué ha pasado antes de ver el propio episodio. Sé perfectamente cómo termina Treme sin haber visto aún la última temporada. También sé cómo termina Los Soprano y supe cómo terminaba A dos metros bajo tierra mucho antes de escuchar la canción de Sia. Y eso jamás me ha impedido disfrutar de una buena ficción. Al contrario.


Conocer de antemano los giros de una serie me deja concentrarme en otros aspectos. Si sé que tal personaje hace esto o le sucede lo otro, puede que pierda el efecto sorpresa, pero eso me permite ver qué pequeños elementos ya anuncian lo que va a suceder y creo que se comprenden mejor las reacciones del resto de personajes a ese acontecimiento. Puedo deleitarme en otros detalles, relacionados o no con ese giro, pero quizá igual o incluso más importantes. No me parece justo que el acontecimiento que provoca el spoiler robe el protagonismo al resto del trabajo realizado y se convierta en la única escena interesante o digna de comentario, aunque sea por omisión, de una obra. Y esa es la impresión que tengo a veces: somos esclavos y adictos del efectismo y de los fuegos artificales que provocan esos giros locos. Será que somos el fruto de esta época de grandes alharacas, siempre a la espera del siguiente gran evento del siglo.


Por otro lado, pedimos a las series y a las pelis algo que no exigimos en el caso de otros entretenimientos. Si no fuéramos capaces de disfrutar de una ficción por saber cómo termina o cuáles son sus giros, no podríamos ver películas clásicas ni disfrutar de la literatura. Y es evidente que la calidad de una obra va mucho más allá de su argumento, de sus giros más o menos locos o de su final. ¿No habíamos llegado a la conclusión de que lo importante era el viaje?


¿Acaso importa cómo terminan El Quijote o Fortunata y Jacinta para disfrutar de estas novelas? ¿Y quién no conoce el final de Casablanca? En una gran obra, el cómo es más importante que el qué. La forma en que llegamos a ese temido y quizá inesperado giro es más importante que el golpe en sí. Y conocerlo previamente no nos roba el interés. De hecho, considero que si conocer dicho golpe de efecto acaba con el disfrute de una obra, sea literaria (¡el asesino era el mayordomo!) o audiovisual (¡estaba muerto desde el principio!), dicha obra quizá no sea tan interesante. 


Eso por no hablar de cuándo un spoiler deja de serlo. Es decir, de cuándo se pueden revelar tramas y hablar abiertamente de una obra sin que nadie te quiera asesinar... ¿Es spoiler hablar de una serie que terminó hace años? Entiendo que no, ya que si alguien aún no la ha visto, será que no le interesa y, por lo tanto, lo mismo le debería dar que los demás hablen de ella. Y en cualquier caso, normalmente se avisa y se pide permiso antes de comentar ciertos giros. Quizá tanta exposición de las ficciones y tanto diálogo en redes sociales nos esté volviendo un poco paranoicos con el tema.


En resumen, dejando de lado la maldad de reventarle adrede las tramas a nuestro interlocutor o al anónimo mundo de Internet, que eso daría para otro post, creo que no hay que dar mayor importancia al tema de los spoilers. De hecho, aquí siempre serán bienvenidos, ya os aviso. Así que ya me contaréis cuáles son vuestros favoritos. El de hoy creo que va a ser uno de los míos. 



viernes, 21 de marzo de 2014

Casual Friday: Lund Quartet




Entre que no tengo demasiado tiempo libre y que las cositas que he visto últimamente no son demasiado destacables, llevo unos días sin publicar en el blog. Pero tenía muchas ganas de que llegara el viernes y compartir con vosotros este descubrimiento. Así que, para celebrar la llegada del fin de semana, os presento a uno de esos grupos que descubres en la radio por casualidad y que te dan ganas de más, así que los buscas en Spotify y, de repente, has pasado una hora como en trance. Es una música que te transporta, muy contemporánea y etérea. 



El grupo en cuestión es de Bristol, se llama Lund Quartet y está formado por piano, percusión, contrabajo y mesa de mezclas. Y ahí está la gracia, porque mezclan con mucho gusto el jazz con los samples, pero sin abusar de ello y consiguen una combinación ligera, un poco fría y con ciertos aires a trip-hop, pero muy agradable.


Su disco de debut, que lleva el nombre el cuarteto, es de 2012 y la pieza que os propongo es su primer single, Sequoia (aquí otra versión más larga), pero os invito a escuchar el resto del disco. Aunque, cuidado, ya os digo que es adictivo. Espero que os guste.


Feliz fin de semana.




viernes, 14 de marzo de 2014

Casual Friday: Raffaella

Hoy, en el blog, una diosa, y por partida quíntuple.

En italiano, lógico:






En inglés, para los whovian:




 En francés, terremoto chic por la costa azul:




En alemán, "eine von den attraktivsten Sehenswürdigkeiten Italiens":




Y, por último, en español, con presentador sorpresa (¡por cosas como esta hay que amar Internet!):




Para que ahora vengan las lady gagas de turno a darnos clases de divismo... Por cierto, de regalo, la versión que yo me sabía en mis tiempos jóvenes y que aún os puedo cantar si me dais una cantidad de alcohol suficiente. No os atreváis:


Y ahora es imposible no disfrutar del fin de semana. ¡A bailar!

miércoles, 12 de marzo de 2014

Mi décalogo del buen tuitero



Mi TL de twitter es un desastre. Tengo canales de televisión, agencias de noticias, emisoras y programas de música clásica, músicos, seriéfilos, cinéfilos y amigos. De todos esos, los hay que hablan, que no hablan, que contestan y que no. Vamos, que se impone una limpieza porque hay veces que hasta yo misma me sorprendo cuando alguien hace acto de presencia. 


Así que ayer lancé la pregunta de qué criterios seguís vosotros, mis tuiterillos, a la hora de hacer limpieza de la TL. Desde aquí os agradezco el aluvión de respuestas y sugerencias, algunas sorprendentes y que darían para escribir un libro. Pero como no es plan de quedarse en lo negativo y dar una lista de pautas de a quién eliminar y cuál sería la mejor forma de hacerlo (aunque lo de la escala silenciar -> dejar de seguir -> bloquear y lo de los seguimientos por compromiso da hasta para un debate filosófico), voy a intentar hacer una lista de cuáles son las buenas prácticas para que no te eliminen. A ver qué sale. Y contadme si se me olvida algo o no estáis de acuerdo, toda aportación es bienvenida.


1. Existe. Twitter es una red social; si te abres una cuenta es para algo, así que haz acto de presencia de vez en cuando. Es fantástico que @cineDore tenga cuenta, pero para qué sirve si no actualiza desde 2010...


2. Cuenta algo interesante. Aporta información o vivencias u opiniones. No seas pasivo. No te dediques únicamente a retuitear y a favoritear.


3. Sé cordial. No utilices Twitter únicamente para quejarte del trabajo, la familia, los amigos de la vida real, etc. Los comentarios negativos continuos resultan cansinos. Twitter es un lugar para el buen rollo, contribuye a mantenerlo.


4. Haz amigos. Si no eres  @la2_tve o @el_pais u otro usuario con información vital, comprende que para que te sigan, tienes que seguir. El concepto de followback existe por algo.


5.  Sé humilde. Es cierto que Twitter puede ser una estupenda plataforma publicitaria, pero procura no retuitear cada momento de alabanza. Una vez más, evita ser cansino.


6. Sé educado. Si te hablan, contesta. Puede que a veces se te olvide, pero es importante dar las gracias y no hacer sentir a tu interlocutor como un pringado.


7. Controla tus impulsos. Es evidente que después de ver determinados episodios, necesitas contárselo al mundo, pero no arruines la diversión de los demás con spoilers, que está muy feo. Además, procura distinguir entre dar opiniones y pasarse de listo.


8. Ten tacto. Aunque te consideres la persona más graciosa del mundo, hacer bromas con muertes o tragedias quizá no sea lo más adecuado en determinados momentos. Piensa en quién puede estar leyéndote. 


9. Sé honesto. No utilices twitter para hacer lo que no te atreves a hacer cara a cara. No seas mala persona, no utilices los tuits de otros para reirte de ellos en privado. 


10. Sé comprensivo. Lo interesante del intercambio de opiniones es que no sean iguales a la tuya. El debate y la discusión son útiles y deben fomentarse, no para convencer al otro, sino para enriquecer la opinión propia.


Y 11, de regalo. Encuentra tu sitio. Si no te gusta una serie, no la veas. Si no estás a gusto en un grupo, busca otro, pero no fastidies a los que están a tu alrededor. Twitter es muy grande.


En resumen, Twitter es un lugar de información y de diversión. Si no cumples alguna de esas dos funciones básicas, es posible que al final te quedes solo. Por último, me gustaría dar las gracias a todos los que ayer contribuyeron a esta entrada: @bich75, @patriciomr, @noeliaroalvarez, @pepabelarra, @patchgirl, @rah_demon, @martinyfelix, @varyamo, @ainhop, @van_hessa, @soulchainer, @zor76 y, sobre todo, a @abcesveotv, que me desafió a escribir un post. 




 

lunes, 10 de marzo de 2014

De fiesta por Kabul



Si alguna vez habéis vivido como expatriados, sabréis que la realidad siempre supera la ficción y que cualquier situación, por insignificante que parezca, puede terminar escalando hasta convertirse en un acontecimiento inolvidable. Lo difícil es luego saber contar con gracia esas mil batallitas.


La fuente inagotable de historias, historietas, anécdotas y vivencias más o menos surrealistas que supuso vivir durante varios años en Afganistán es lo que llevó al periodista y escritor Marc Victor a desarrollar el guion de Kaboul Kitchen, serie de inspiración autobiográfica producida por Canal + France, que ya está rodando su tercera temporada.


En esta serie, cuya primera temporada se estrenó en 2012 en su país (no entiendo cómo Canal + España no la ha emitido, cuando sería perfecta para su perfil) y que yo acabo de terminar de ver, seguimos las andanzas de Jacky Robert (Gilbert Melki), el dueño de Kaboul Kitchen, el restaurante que sirve de punto de encuentro para los extranjeros que viven o se dejan caer por la capital afgana. La acción se sitúa en 2005, con George W. Bush en el poder, los estadounidenses desplegados por todo el mundo y sin crisis económica a la vista. En Kabul convive una fauna heterogénea con el honroso fin de reconstruir el país. Pero periodistas, observadores onusianos, miembros de ONG, diplomáticos, empresarios y aventureros de toda índole necesitan un lugar para relajarse, y el establecimiento de Jacky es lo más parecido que pueden tener a estar en casa: en él se puede tomar el sol, nadar en la piscina, beber alcohol, comer alimentos prohibidos o bailar olvidando momentáneamente lo que hay más allá de sus muros. Pero esta burbuja de "occidentalidad" en el corazón de Afganistán no es fácil de mantener.


La serie da comienzo cuando aparece en el restaurante Sophie (Stéphanie Pasterkamp), la hija de Jacky, al que lleva sin ver prácticamente toda su vida. La filosofía eminentemente práctica del empresario choca con el idealismo de la joven, que tiene previsto colaborar con una organización no gubernamental activa en la ciudad.


Estoy convencida de que a los guionistas apenas les ha hecho falta inventarse nada. Los prototipos, empezando por el propio Jacky y terminando por ese maravillosamente excesivo personaje del coronel Amanullah (Simon Abkarian), resultan verosímiles y las situaciones, por ridículas que parezcan, nos son familiares. Quizá hasta alguno hayáis vivido alguna cosa parecida.


Partiendo del filón que la temática ofrece, esta serie tiene dos cosas que hace que la receta funcione y  merezca la pena: es francesa y es de un canal de pago. Estos dos elementos hacen que la serie no se ande por las ramas con tramas innecesarias para agradar a un público que no es el que busca, que el humor tenga bastante mala uva y que las historias tengan muy poca vergüenza a la hora de tratar algunos temas delicados. Y, aunque es inevitable que el punto de vista sea eurocéntrico, se esquiva con maestría la identificación demasiado burda de buenos y malos, ya que todos tienen motivos e intereses para estar donde están y hacer lo que hacen. 


Quiero resaltar el tipo de humor que presenta la serie porque me parece fundamental. No creo que sea para todos los públicos y algunas de las situaciones que se retratan, en cualquier otro contexto, serían más propias de un documental de denuncia que de una comedia (aunque la serie se ha rodado en Marruecos, las tomas de situación muestran imágenes reales de Kabul y algunas te dejan con la boca abierta). Aquí aparecen asesinatos, talibanes, tráfico de drogas, prostitución y desigualdad. Y sin embargo, la realidad resulta tan surreal que es imposible no reirse. Todo es tan tremendo que se te escapa la carcajada, aunque siendo muy consciente de lo que ves. 


Supongo que el humor es la mejor (si no la única) forma de enfrentarse a situaciones que no son, desde luego, para sentirse orgullosos, así que es muy de alabar el equilibrio que han conseguido Marc Victor y el resto de creadores. Me parece una serie excelente y aunque, que yo sepa, no hay subtítulos en español (sí que los hay en inglés) no puedo dejar de recomendarla. Aquí tenéis el primer episodio (parece que la primera temporada está completa en youtube), que lo disfrutéis.





viernes, 7 de marzo de 2014

martes, 4 de marzo de 2014

Mierda, esa soy yo...



Uno de los problemas que críticos y blogueros argumentaban contra Girls era la incapacidad de generar empatía con los personajes. No es ya que las protagonistas de la serie sean antiheroínas o tengan caracteres difíciles o arrastren un pasado oscuro. Nada de eso, el problema de las chicas es que directamente son antipáticas.


Efectivamente, creo que Lena Dunham ha creado de forma muy consciente unos personajes que acumulan lo peor de cada uno de nosotros y, aunque Girls puede resultar muy generacional y localista en lo anecdótico, su alcance es bastante más general. Y eso duele.


Porque el problema de Girls, si es que lo hubiera, es que cada vez que sientes una mínima identificación con alguna de las protagonistas es para recibir una bofetada de realidad. No es tanto un "pobrecilla" como un "mierrrrrrrda, esa soy yo". Es doloroso verse reflejada en actitudes poco honorables o directamente egoistas y el quinto episodio de la tercera temporada es buena prueba de ello.


El ejemplo más evidente es el de Hannah, pero sus amigas disfuncionales no le van a la zaga. Vemos cómo la incipiente escritora es incapaz de ponerse en el lugar de los demas ¡en un velatorio! y de mantener cierta discreción. Cada vez que habla mete más la pata y una vez en casa, después de montar un espectáculo, se lamenta y se retira a lamerse las heridas, porque el mundo no la entiende.  Pero es que ella es incapaz de implicarse con los demás más allá de lo superficial y todo lo ve desde la perspectiva de su propio beneficio.


Marnie no entiende cómo a una chica tan guapa y tan inteligente como ella no le van mejor las cosas. Se siente sola y, aunque quiere mejorar, siempre terminan por poderle la vanidad y la sensación de superioridad. Cuando, a petición de ella, Ray le dice más o menos todo esto, tampoco lo utiliza precisamente para su mejora personal...


Jessa reconoce en el fondo que su vida es una porquería y su insatisfacción permanente la lleva a tomar decisiones radicales una y otra vez: cualquier día de estos decide quedarse embarazada y termina de rematarlo. Claro que tener como interlocutora y confidente a Shoshana no es lo mejor que te puede pasar para mantener tu salud mental. Y en cuanto a esta última, es alucinante cómo escudándose en su supuesta candidez es capaz de lanzar dardos envenenados a sus amigas, acusándolas descaradamente de no haber hecho nada digno de respeto con sus vidas desde que terminaron sus estudios.


Este es precisamente el gran valor de Girls. Busca deliberadamente el feísmo, pero sin caer en lo sórdido. Siempre en la delgada línea entre la comedia y el esperpento, se columpia sin miedo en lo más incómodo de la miseria humana, en los pequeños pecados de las niñas (casi) bien. Todo muy del primer mundo. Si en un momento determinado te sientes identificada con una de ellas, será para rápidamente responderte "no, yo no soy así". Y sí, sí lo eres. Bienvenida.