martes, 7 de enero de 2014

Downton y la nada



Cuando el pasado día 26 abrí Twitter y vi que apenas había comentarios sobre el especial de Navidad de Downton Abbey, supe que algo no iba bien.


Después de una temporada bastante divertida, con alguna que otra sorpresa y una escena que dejó a la mitad de los espectadores bastante traumatizados (¡y cuántas veces van ya!), todos esperábamos un episodio navideño que diera fin alguna de las tramas desarrolladas y que cerrase el año con fuegos artificiales. Todos los seguidores de la serie queríamos que, como el año pasado, el tío Julian nos dejara boquiabiertos y con ganas de más.


Sin embargo, el episodio es una oda a la nada. Cierra la trama más importante de la temporada desinflándola completamente y robándole todo el interés que pudo despertar en su momento, que fue mucho. Me recuerda a esas series tipo Lark Rise to Crandleford (esperaba tanto de esa serie que terminó convirtiéndose en el prototipo de lo que no quiero ver) donde el "caso de la semana" se planteaba como un gran dilema y luego se resolvía, o más bien se disolvía, sin ningún tipo de drama, garra o interés... Un rollo, vaya.


No digo que haya sido un episodio aburrido en sí. La serie tiene una inercia excelente y su maquinaria funciona a la perfección. Y el episodios tiene todos los ingredientes que nos gustan de Downton Abbey: la fotografía es fantástica; el vestuario es brillante; los actores, como siempre, están impecables (aunque las esperadas apariciones de Paul Giamatti y Shirley MacLain han sido una decepción, no ha sido culpa de ellos); hay algún que otro guiño histórico, como el personaje de Freda Ward, esa Wallis Simpson "avant la lettre"; Lady Mary es etérea y bellísima, y cada vez resulta más cálida; Lady Edith es nuestra sufridora favorita (el día que a esta mujer le vaya bien, se nos acaba la serie); la señora Crawley y la condesa viuda funcionan tan bien como dúo cómico que podrían sustituir a Tina y Amy en cualquier entrega de premios; y la incorporación de Lady Rose ha sido un acierto. 


Pero el episodio es una tontuna, no aporta nada, no resuelve nada, es un precioso envoltorio que guarda aire. Entiendo que no todos los años puedes ni quieres dejar a la audiencia patidifusa, pero si la escena final y más impactante de todo el episodio es que dos personajes se den la mano, apaga y vámonos. Lo mejor que podemos decir de él es que es bonito y entretenido. Pero eso, para un especial de navidad como los de Downton, que funcionan más bien como final de temporada, se queda corto. 


Así que entiendo que Twitter fuera un erial y nadie hablara de ellos después de su emisión. Tendremos que incluir en nuestros deseos para el 2014 mucho más drama en Downton, porque lo que es este año, me han dejado bastante indiferente. 

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