martes, 19 de noviembre de 2013

Amor y trabajo




[Aunque no hay spoilers propiamente dichos, en esta entrada se mencionan, aunque sea por encima, algunos temas y tramas de varias series, como Bones, The Good Wife, Parks and Recreation, Homeland, Secret Diary of a Call Girl, Mad Men y Masters of Sex]


Aunque mezclar la vida laboral con la personal nunca ha sido la opción más inteligente, parece que es un tema recurrente y nuestras series bien nos lo demuestran. La verdad es que es una cuestión complicada y pocas series que cubran el ámbito profesional se han resistido a entrar en ese conflicto, si acaso no hacen de él directamente uno de los pilares de la propia serie. Lo interesante, supongo, es hacerlo con elegancia y no caer en el culebroneo más rancio al estilo serie de hospitales.


The Good Wife, por ejemplo, se apoya en ese tema para construir todo este entramado que lleva cinco años apasionándonos. Alicia ha intentado consciente e inconscientemente separar su vida profesional de su vida personal, pero es evidente que en su caso es imposible. Lo interesante, además, es que no es solo su relación con Will lo que hace que ambos ámbitos sean difíciles de separar: el conflicto que la serie nos presenta es también una cuestión de conciliación familiar: sus hijos, su marido, su suegra, su madre, su hermano... todos se mueven a su alrededor, interactuando, cruzándose e influyendo en una especie de efecto mariposa que hace tambalear una y otra vez el microcosmos de la serie y que en esta última temporada ha llegado al culmen en el momento en que el hogar de los Florrick se ha convertido en improvisada sede.


Dejando de lado este caso que, lamentablente, es excepcional (en serio, ¿no sería la conciliación familiar un tema interesante? ¿no sería una forma de dar mayor visibilidad a la mujer en todas sus facetas, más allá de la meramente sentimental?), hay muchas otras series que juegan con esta dicotomía entre vida personal y profesional, aunque ya no es tanto una cuestión de conciliación familiar como de la atracción con algún compañero de trabajo. A diferencia de la serie del matrimonio King, ya no se trata de explorar las dificultades a la hora de intentar separar o de equilibrar ambos mundos, sino de utilizar el ámbito del trabajo como contexto en el que desarrollar tramas amorosas.


Dependiendo de la pericia de los guionistas, podemos tener la típica atracción entre personajes, que podrá resolverse o, con un poco de mala suerte, se arrastrará temporada tras temporada hasta que realmente ya no quede mucho más jugo que sacarle, como sucedía en Bones. Es cierto que al resolverse se pierde un polo de atracción para muchos espectadores, pero series como Parks and Recreation o Raising Hope han sabido ver cómo seguir explotando las relaciones de pareja desde otros puntos de vista, dejando que la serie respire y que los personajes no se queden estancados.


Aunque dejé Homeland al finalizar la segunda temporada y no sé por dónde habrá continuado, gran parte del conflicto venía de la incapacidad por parte de Carrie de separar su vida personal de su trabajo, lo que hacía que, a pesar de ser una excelente analista con una intuición fuera de lo común, cometiera errores imperdonables. Salvando las distancias, algo parecido sucedía con Secret Diary of a Call Girl, donde el interés de la serie era precisamente la incapacidad de su protagonista de separar a Hannah de Bell. Por no hablar de Mad Men, donde los altos cargos directamente utilizaban las oficinas como coto de caza personal, aunque alguno de ellos fuera el que terminase cazado, por amor o por ambición.


Todo esto viene a que me pica la curiosidad sobre cómo explotarán este tema en Masters of Sex. Una vez que se quitaron de encima el "lo harán o no lo harán" me resultan mucho más interesantes los problemas que plantea el hecho de si serán capaces de separar lo científico de lo personal. Es un riesgo importante y una cuestión que puede dar bastante de sí.


Podríamos poner más ejemplos, pero creo que con estos serían suficientes. En resumidas cuentas, ya sabemos que no es una buena idea dejar que ambos mundos se mezclen. Aunque quizá deberíamos limitar el consejo a la vida real porque, como acabamos de ver, en nuestras ficciones esta cuestión da para horas y horas de entretenimiento, ¿no?

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